ROCKTÁMBULO

Reflexión y documentación del rock en español.

Crítica ‘Regreso al pan duro’ [Vagos permanentes]

Regreso al pan duro - Vagos permanentes   Vagos permanentes vuelven con su irónica y ácida visión del mundo. Para su tercer trabajo de estudio, el grupo tira de una mezcla entre lo musical y lo conceptual. Regreso al pan duro (Maldito Records), así se llama, ha sido grabado en los estudios ElZulo de Alcalá de Henares, y sólo con echarle un vistazo a la portada uno se da cuenta de cuál es el ‘leit motiv’, la confraternización de la música y el séptimo arte (y si me apuras, la literatura). El resultado: un popurrí de géneros musicales en doce cortes que satisfacen y además te dibujan una sonrisa en la cara.

   El pistoletazo de salida lo da V de vagueza, reconocible su referencia cinematográfica en V de Vendetta (que a su vez está inspirada en las novelas gráficas de nombre homónimo escritas por Alan Moore). El corte empieza animado, dando cuenta de la buena sección de vientos que tiene la extensa formación, pero rápido se ve apoyada por la voz de Mireia al micro. Una vez más, es preciso que pasen unos segundos antes de hacerse a su forma de cantar, pues la frontan del grupo no responde al canon femenino del género, siempre de carácter muy melódico, sino que viste ligeramente caótico y apunkarrado. En el tema, encontramos una elipsis temporal que nos lleva de la Conspiración de la pólvora en 1605 (hecho que contextualiza el film) hasta el presente, básicamente para instar al pueblo a la revolución y plantar cara al poder mediante la huelga. Como en la película, es el camino hacia «un nuevo orden mundial».

   Si antes recurrían al artículo 28 de la Constitución Española, el segundo corte, Los muertos del hambre (Los juegos del hambre), nos lleva al artículo 47, pues trata el tema del acceso a la vivienda. Si algo hay que poner en valor del grupo es su capacidad para trazar un argumentario lejos de la crítica transversal y acercarse a tesis mucho más concretas. A Vagos permanentes no les vale con sacar a relucir toda la mierda relacionada con la vivienda, que también lo hacen criticando la precariedad laboral y la infinidad de casos de desahucio, sino que narran el ridículo proceso para acceder a pisos de protección oficial. Para ellos, y como sucede en el pertinente referente fílmico, el proceso no es más que la supervivencia del más fuerte, donde sólo importa salir vencedor. Y además, encantados de ello. Lo hacen con humor, demostrando, además, una importante vena friky (lo del monstruo final me mató). Como detalle, conviene destacar el uso de nombre propios, como Mercadona, que si bien no resulta determinante, sí se convierte en un guiño de proximidad y veracidad.

Vagos permanentes

Arriba: Álvaro García, Denis, Iván Miño, Daniel García ‘Supery’ y ‘Gugui’. Abajo: Aaron Palacios, Mireia, Álex García y Richard Brian // FOTO: Vagos Permanentes

   La guerra de los mudos, canción cuyo título se basa en la obra fílmica La guerra de los mundos (adaptación de la obra literaria de G. H. Wells), empieza con sabor a despedida, mediante un escueto fragmento de Rebelión en la granja, de George Orwell. Mezcla de las dos referencias artísticas, plantea la insurgencia animal, carente de voz, ante la sumisión del hombre en aras de su ocio y placer. En sí, refleja el retraso de una sociedad anclada en valores de otro siglo. Cobran especial importancia los coros del grupo así como la voz de Aaron, soterrando en ocasiones a Mireia, normalmente cuando ésta tiene que llegar a tono altos.

   Al cambiar de pista, la historia se repite, porque una vez más, el origen de todo es un libro. Del Yo robot de Asimov al Yo Robot de Alex Proyas, y de éste, al Yo robé de los Vagos Permanentes, el corte número cuatro. El tono festivo del inicio se ve truncado en ausencia de los vientos por melodías punk y más tarde por escarceos con el reggae. Quizá por esto, la pista se conforme como una de las más completas de Regreso al pan duro; es ágil, potente y tiene un estribillo que se acelera y te atrapa. Empresarios, políticos, banqueros…todos meten mano a la hucha pública para llenarse los bolsillos; es el punto de partida. Sin embargo, los Vagos permanentes le dan un vuelco al concepto y con gran socarronería dotan al protagonista de arrepentimiento. Como si de Pinocho cobrando vida de la noche a la mañana se tratase, aquí se pasa de truhán a señor. Para más inri, el personaje está poco menos que en busca y captura por su cambio de parecer.

   Juan Abarca (Mamá Ladilla) abre Martin Más Flais (su propio Martin McFly de Regreso al futuro) guitarra española en mano. Dado el protagonista de la colaboración, resulta complicado no denotar jocosidad en el fragmento interpretado. Acabada éste su participación, vuelve el ska alegre y dicharachero, aunque con leves tendencias reggae. De temática cannábica, es un trayecto geográfico para «colocar buen material» vendido como viaje temporal. Le sigue Prometemus (modificación del Prometheus de Ridley Scott). Para la ocasión, Aaron toma el mando del micrófono y relega a Mireia al segundo bloque del corte. Hay un tercero, puramente instrumental. Más que con la película, juega con su nombre; la actitud de los gobernantes consistente en prometer sin cumplir nada. También con la nula capacidad del pueblo para desactivar la mentira.

Vagos Permanentes

‘Vagos’ y espectáculo van de la mano

   Los cortes siete, ocho y nueve conforman una trilogía, y ya de paso corroboran la atracción del grupo por La Guerra de las galaxias. Se trata de Una nueva enseñanza (Episodio IV: Una nueva esperanza), El imperio te ataca (Episodio V: El imperio contraataca) y El retorno del jevi (Episodio VI: El retorno del jedi). Las dos primeras son una crítica al sistema, al educativo y al consumista respectivamente; a la falsa idea de que existe una sociedad bilingüe y a la estupidez supina del hombre que compra compulsivamente. Para ilustrar, se valen de ejemplos: Aznar, Punset y Muzzy (¡tremendo!) por su ‘spanglish‘ (que el grupo usa en el tema) y los productos de la manzana por su atracción. La tercera en discordia (ojo a su principio trovadoresco, cortesía de Antonio del Amo, de El sombrero del abuelo, y José Luis Frías, de Trobar de morte) va por otros derroteros, ya que salen en defensa de las grandes leyendas de la música, como los Iron Maiden, AC/DC y Pantera. Básicamente, un dardo al gusto de la gente y a la industria musical. Los tres cortes coinciden en una cosa: virar hacia el rock y las guitarras con texturas metaleras.

   Tras pasar por la space ópera, Alguien (Alien, de Ridley Scott), todavía más metalera si cabe que sus predecesoras, y muestra de ello es la ejecución slides a las cuerdas. El corte alberga un contraste entre opuestos: los «alguien» que se ven obligados a cruzar el charco en busca de una vida mejor, léase los sin papeles, y los “alguien” que se lucran con las miserias de los primeros. Tras tanto intercambio de voces entre Mireia y Aaron, éste es el corte que mejor muestra la amplitud de registros que permite tal dualidad.

   Trombonera y amigable comienza Soy Hacienda (Soy leyenda, adaptación de la novela de Richard Matherson), y con el paso de los segundos se anima, aunque con moderación, hasta llegar a lucir una guitarras rockeras muy poco del estilo permanente. Por el camino, un estribillo muy melódico, rápido y coreable. La formación madrileña vuelve a fijarse en el detalle. Sí, repara en lo que hurtan el dinero a manos llenas, pero sobre todo en quienes han gestionado el desvío de capital hacia paraísos fiscales. Ante la posibilidad de que la guita se quede allí, el gran plan: amnistía fiscal. Por último, President evil (Resident Evil), la más floja del LP. No obstante, original y bizarra narración de cómo se forjó la estirpe política.

   La llegada de un nuevo disco de Vagos permanentes es una buena noticia, sobre todo por las formas. El 90% de canciones que ven la luz no hacen otra cosa que plasmar lo mismo que ya hicieron otros, aunque con leves cambios; como los informativos en navidad (con los reyes magos y el fin de año), en verano (con las altas temperaturas y la operación salida) o con el fútbol (los fichajes y el partido del siglo). Sin embargo, el trabajo de los madrileños tiene carisma, porque ha sido pensado de antemano como algo global, como un todo que a su vez funciona diseccionado en piezas individuales. Si a esto le sumas que es divertido, ácido y atractivo…trabajo hecho. No negaremos que cuesta acercarse a un grupo como el que nos ocupa, pero si le das una oportunidad, te ganará.

Regreso al pan duro (2013)

  1. V de vagueza
  2. Los muertos del hambre
  3. La guerra de los mudos
  4. Yo robé
  5. Martin Mas Flais
  6. Prometemus
  7. Una nueva enseñanza
  8. El imperio te ataca
  9. El retorno del jevi
  10. Alguien
  11. Soy Hacienda
  12. President evil
SABICIO (rúbrica)

Un comentario el “Crítica ‘Regreso al pan duro’ [Vagos permanentes]

  1. Supery
    15/04/2014

    Aupa Sabicio!!! Muchas gracias por esta pedazo de critica, sin duda una de las mejores y más trabajadas que han hecho sobre el disco. Un abrazo muy fuerte y a seguir Rocktambuelando!!

    PD: Hemos tenido unos problemas técnicos con YouTube si puedes actualizar el código del vídeo por el de este link perfecto.

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Esta entrada fue publicada en 27/03/2014 por en Música, Reseña/Crítica y etiquetada con , .

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