Crítica ‘Canciones malditas vol.4’ [Maldito Matas]

Sobre el papel eran tres, pero la realidad tiene sus propios caprichos y han acabado siendo cuatro. Maldito Matas cierran la «trilogía» de Canciones malditas con el volumen 4. Grabado en Oniros Estudios por Charly Carretón, escribe las últimas letras de una época de circunstancias.

El alma del león entra con la grandeza del coro, en un acto de reivindicación colectiva, de conciencia de grupo. Es el espíritu de la lucha. Las guitarras que le siguen aterrizan el corte. Minutos después sabremos que hemos salido del estribillo. La pista empieza por lo gordo, cuando no por el final.

La estrofa es la encargada de reposar la euforia, con un ritmo marcado por la tensión de la rítmica y un fraseo tranquilo. La intensidad de Julio, el vocalista, es la señal de que hay que atacar, y entonces el estribillo crece de manera orgánica Éste discurre en tres fases vocales y una instrumental. La última iteración, con un aroma de solemnidad muy dulce.

Las guitarras pierden resistencia a la gravedad en Nadie. Su práctica marca una canción más pausada, pero saben imprimir carácter. Lo mismo ocurre con la voz. Los tres minutos que se nos ofrecen se construyen hacia dentro, en un grito interior que por momentos tiene ecos de Pablo de Desakato y tal vez de Reincidentes. Aunque menos relevante, el coro se mantiene; pero, irónicamente, el tema se centra en la soledad.

Ricardo, Julio, Jesús y Víctor // FOTO: Maldito Matas

¿Alguien dijo Desakato? Las líneas de guitarra y una batería machacona nos hacen mirar de nuevo hacia allí. Las bestias aúna stoner y punk rock, cuerdas y baquetas, respectivamente, en una composición poderosa que incluso en el coro -haría de Pepo- podría tener como percha a la banda asturiana.

La cura de Desakato y Las bestias comparten el culpar al hombre de la situación climática actual. Sin embargo, Maldito Matas opta por la sentencia de «al fin por fin el fin», que usaron los A Palo Seko.

Maldito Matas cambia de tercio en Pellejo y huesos. Se acomoda el traje de rock urbano para una pieza muy cercana. La dosis de metáfora justa para firmar una lírica transparente y que sienta estupendamente a la banda. No caen sentimentalismos, pero reflexiona; no se compadece, sino que concilia.

Directa, madura y humana. En ella tenemos a Encrudo, a Ekko, a La Desbandada y a tantas otras bandas que no supieron o no quisieron transitar ese camino. Con mucha probabilidad, de primeras no llamará la atención, pero con los años seguro que estará ahí.

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Una vez pisamos los versos de Presión se confirma la hipótesis: Maldito Matas trabaja con ahínco los temas relacionados con la salud mental y los problemas que las relaciones propician. En esta quinta pista, la presión, la ansiedad, el miedo y la depresión se dan cita en una carrera hacia el abismo.

La melodía pasa a un segundo plano, dejando como punto iluminado el solo de guitarra. Las cuerdas y la baquetas pesan, otorgando una cadencia opresiva y gris.

Presión da el relevo a Las cloacas, donde los instrumentos vuelven a tronar. La batería se abre camino a marchamartillo y las guitarras aceleran el paso. Así, se acelera el fraseo y damos con una pista bastante rápida. En la vorágine de velocidad, el estribillo conecta con el coro, en una pieza que, sin ser lo mejor del álbum, puede aportar mucho al directo. Respecto al contenido, disparan contra los medios de información. El altavoz del Estado.

La banda de Ciudad Real despide este Canciones malditas vol.4 en modo acústico. Tanto discurrir acerca del estado humano no podía llevarnos a otro lugar que la desnudez de la madera.

Marzo 2020 nos devuelve al momento en el que se decretó el estado de alarma, un instante que dio a luz otra forma de pensar, la de echar de menos cosas sencillas, la de vivir en espacios pequeños y la de enfrentarse a la pérdida. Lo que meses atrás estuvo a punto de quedar fuera del disco, hoy es un broche brillante.

Maldito Matas pone punto y final a su falsa trilogía de discos. Cuatro años y cuatro EP que dejan un estupendo sabor de boca. Este Volumen 4, sin duda entre lo más destacado del 2023. Buen equilibrio entre lo solemne y la intensidad, con temáticas que no se despegan de lo social y humano, un claro reflejo de lo vivido por la banda desde que arrancara en el 2019.

Letras interesantes y una personalidad propia, aunque sea imposible no percibir la sombra de Desakato. Tras el deceso de los asturianos, Maldito Matas se postula como digno sucesor. Es tiempo de abrir otra época, que seguro que sonreirá a la banda.

Canciones malditas vol.4 (2023)

1) El alma del león 2) Nadie 3) Las bestias 4) Pellejo y huesos 5) Presión 6) Las cloacas 7) Marzo 2020

SABICIO

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