Crítica ‘Gran cuñao’ [Activos Tóxicos]

Gran cuñao, de Activos Tóxicos, es una patada en la puerta.

El cuarteto de Madrid Activos Tóxicos regresa con nuevos temas, en esta ocasión un EP. Las cinco composiciones que le dan forma reciben el título de Gran cuñao, en clara alusión a la distopía que según ellos se avecina.

La primera canción del Ep, Libertad pa lo mío, posee una estrofa cuyos instrumentos actúan de forma muy regular, dejando el mejor riff para el puente. El estribillo, por su parte, golpea muy bien gracias a un fraseo notable. Igualmente, cuenta con unos coros que le dan empaque y bastante empuje, y con la participación de Matrako de The Birra’s Terror y Moris de Suzio 13. El relato de la pista se construye desde la ironía, casi desde la ridiculización, concretamente del discurso de algunos sectores intolerantes o restrictivos. Porque quizá todas las personas merecen respeto, pero no todas las opiniones.

El gran cuñao, la segunda pista, sigue tirando de ese hilo de la expresión, demostrando que la obra apuesta por ese presente que se hace notar. La banda, en este caso, se centra en una figura poderosa de control social, con indudables referencias a la obra de Orwell 1984. El registro del vocalista es agresivo, y junto con la melodía, adquiere un carácter Oi! Volvamos a encontrar riffs llamativos, pero con una batería mucho más perfilada.

Formación de Activos Tóxicos // FOTO: Activos Tóxicos

La pista central, El obrero infiltrado, mira hacia la corrupción, hacia la noción de clase y hacia la caja tonta. Todo en la batidora. Lo último porque pivota alrededor de las reglas de un programa de televisión, una revisión de El jefe infiltrado. En esta empresa, la formación construye un imaginario alrededor de la lucha de clases y, además, dibuja una pequeña victoria [muchos esperarán una segunda parte en la que el topo se hace a su entorno y traiciona a los de su clase]. La melodía presenta mucha intensidad, en la estrofa por la sequedad del verso y en el estribillo por una gran interpretación. Este segundo elemento es extenso, pero entra como un haiku. Posiblemente sea la mejor pista del álbum, con un espíritu muy guerrero.

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La sensación que uno tiene cuando se enfrenta a Economía colaborativa (además de estar ante Oso panda, de Lendakaris Muertos) es la de un despliegue de punk rock de bajos fondos, con un fraseo que en ocasiones chirría y un coro desprovisto de producción. En tres minutos y medio cargan contra el capitalismo desde una vertiente novedosa y original: la economía colaborativa (no se escapa ningún actor: Glovo, Uber, Airbnb, Amazon…). Punk clásico adaptado a los contenidos del siglo XXI.

Esta remesa de canciones de Activos Tóxicos se despide con El último baile, un tema muy animado y liberador. O eso se traduce de la letra, con un mensaje fundamental: baila, no importa bajo qué paraguas. La pista nos ofrece múltiples contextos, unos más prósperos que otros, pero todos albergan un hueco para la despreocupación. El tema desprende energía, pero a su vez -tal vez por la letra- insufla la idea de relatividad.

Este Gran cuñao mantiene viva la esencia de Activos Tóxicos, sin embargo, las composiciones lucen más redondas y pulidas. Las letras siguen defendiendo esa mirada particular y moderna, pero la interpretación vocal ha ganado con unas melodías que atropellan, lejos del guiño bailable, y los coros suponen una guinda perfecta para los estribillos, que enganchan. Buen paso adelante de la banda. Mucho más mostoleño que afrancesado.

Gran cuñao (2020)

1) Libertad pa lo mío 2) El gran cuñao 3) El obrero infiltrado 4) Economía colaborativa 5) El último baile

SABICIO

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