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Crítica ‘El lado oculto de la Luna’ [El Último Ke Zierre]

El Ultimo Ke Zierre - El lado oculto de la luna - FrontalQuince discos de estudio de El Último Ke Zierre. Una de las máquinas mejor engrasadas del punk rock publica álbum nuevo, El lado oculto de la Luna. Autoproducido, la banda nos sirve en bandeja de plata diez cortes nuevos con mucha chicha. Ha llegado tarde, pero de lo mejor del 2023.

La entrada de Caza de brujas casi resulta postergada por un riff tremendamente rocoso. Lo viene a continuación es una masterclass de cómo armar una letra. «La moneda está en el aire y ni siquiera has apostado» es un ejemplo brillante de cómo juntar palabras y dejar pillado al oyente. Y a este le siguen otros versos semejantes. A través de ellos, El Último Ke Zierre lanza una defensa -no exenta de ironía y sarcasmo- de otras sexualidades, amén de una crítica a la caspa de la Iglesia.

Con el segundo corte entra a la pista que da nombre al compacto: El lado oculto de la Luna. Quizá por ello se nos presenta una pista taciturna o por lo menos apagada. Pero eso no significa que no luzca. Aquellos que pueblan el lumpen, los sufridores, las víctimas, los olvidados… comprenden la cara B del mundo, la oculta. Sorprende con una canción como esta centre la obra, pero esto es El Último Ke Zierre: todo puede ser y además está bien.

De ahí saltamos a Confinado, que entra con la distorsión y una melodía que mantiene gran armonía con el vocalista, el Feo. Poco a poco la canción va cargando las pilas, para un estribillo que, sin ser una locura, se siente tenso. Porque de eso va al corte, de aquello que atenaza la cabeza cuando uno está encerrado o se siente como tal. La ansiedad, la depresión, el tormento… Asimismo, se desliza la idea de un falso ideal de vida que va haciendo mella hasta perder el control de uno. La toxicidad de la utopía.

El Último Ke Zierre banda

El Último Ke Zierre banda // FOTO: El Último Ke Zierre

Controlas simplifica el mundo hasta hacerlo comprensible. Donde otras bandas se pondrían profundas para animarte a vivir la vida o a dejar de consumir por una especie de espíritu vital, El Último Ke Zierre te planta la maldita realidad. El caos no se puede controlar. La muerte nos iguala a todos. De esta forma la banda, primero, podría estar dando en las narices a quienes se jactan de tener y, segundo, demuestra tener un ojo puesto en el mundo digital. El nihilismo como argumento imbatible. La melodía, por su parte, es ruda. Las guitarras pelean por sobre salir, al igual que el bajo, que frunce el mástil.

La siguiente pista, Sin mirar atrás, mantiene ese hilo argumental que nos niega el control de las cosas. Sin embargo, aquí se opta por la aceptación de uno mismo y superar los capítulos más duros. El Último Ke Zierre podría estar circundando tanto las adicciones como la salud mental.

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La melodía se deja seducir por la cadencia de la base rítmica, en perfecta combinación con el fraseo. Juntos, atesoran el lastre de los errores. Esta pista es un claro ejemplo del actual El Último Ke Zierre, que no necesita aspavientos estructurales para clavar la estaca. Hace veinte años, la misma composición habría explorado otros caminos más ruidosos.

Como suele ser habitual en las obras de los castellonenses, la muerte siempre tiene un hueco. Más parca lleva el óbito hasta las últimas consecuencias: la mortandad. Y con ello, uno de los mejores versos del punk en lo que llevamos de siglo: » A la parca la vi protestar, tras romper su guadaña, la vi suplicar por las calles respeto, inversión y aumento de plantilla. Tre-men-do.

En cuanto a la melodía, un El Último Ke Zierre efectivo desde la contundencia, dejando el reprise en un estribillo que clava el cuchillo bien profundo en los años de pandemia.

La ciudad como paisaje de contrastes, como hacedora de lo bueno y lo malo y como tugurio rico en matices impregna la escena de Sucia y vieja. Esta representa un escritorio ordenado desde el caos, o el caos ordenado, con su sexo, su adicción y sus cadáveres. Es el hogar. «Dame más» dice el Feo. Medio tiempo a fin de poder captar la riqueza expositiva de un entorno vivo en su pasividad.

El Último Ke Zierre merchandCedo a la provocación es una de esas pistas donde el orgullo va por delante de los instrumentos. La letra representa una forma de reafirmación, de golpe en el pecho a ritmo de speed (ojo a los pogos del directo). Igual que ha hecho la derecha con «facha» o el colectivo LGTBI con «género» y «sexo», El Último Ke Zierre juega a resignificar el vocablo «perroflauta», estigmatizado por no sólo por movimientos contrarios a la izquierda, sino por la mayoría de la población. La melodía no da tregua, tal vez con las concesiones del break. La armónica, por su parte, ayuda a dar velocidad, suma caos y cierra los botones de un abrigo bien calentito.

La alegría que ha dado la armónica se llena de vigor por el stoner de La guerra está de moda. Un parque es el infierno perfecto para el akelarre de la gran miseria humana: la guerra. Así, la pista consigue que nuestros ojos se inyecten en sangre por la rabia de presenciar ese «suelo de mierda y trozos de carne». Del mismo modo, los arreglos electrónicos de la melodía consiguen que catemos el lado lisérgico de los analgésicos. El punk con ráfagas de hard rock se lleva la melodía al huerto, y nos baja a la cloaca del inframundo, a la locura de líder.

El disco se despide con Muñeca punk, un festivo ejercicio de manierismo. El punk y el rockabilly se unen en una vorágine ochentera para aullar por una fémina gótica. La dosis de cama que faltaba. El último minuto parece que cierra los focos, desenchufa la electricidad y se pierde en el horizonte -la nada- a golpe de estribillo y silbido. El lado petardo y canalla de la Luna.

El lado oculto de la Luna no tiene esa canción que se te mete en la cabeza y te destroza de tanto repetirse, no hay un hit claro, pero sí es una muestra de que El Último Ke Zierre siempre va un paso por delante de las demás bandas.

Las letras brillan por su calidad, y no sólo recopilan algunos de los temas de cabecera de la banda, sino que toman lo mejor de las nuevas tendencias, especialmente la capacidad referencial (Pierre Nodoyuna, Bauhaus, el propio lado oculto de la Luna…). Esto muchos lo llaman madurez, mientras que otros lo consideramos algo que va mucho más allá, tener la capacidad de observación, habitar el mundo y experimentarlo.

Otro buen disco de El Último Ke Zierre. Y van… faltan dedos.

El lado oculto de la Luna (2023)

1) Trovadores 2) El lado oculto de la Luna 3) Confinado 4) Controlas 5) Sin mirar atrás 6) Más parca 7) Sucia y vieja 8) Cedo a la provocación 9) La guerra está de moda 10) Muñeca punk

SABICIO

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Esta entrada fue publicada en 01/02/2024 por en Música, Reseña/Crítica y etiquetada con , .

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