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Crítica ‘Criatura’ [Non Servium]

Non Servium - Criatura - FrontalNon Servium llevaba ocho años sin publicar disco, con «muchos problemas personales, teniendo incluso que alejarnos de los escenarios» -según la banda-, pero su sombra era tan alargada que daba la sensación de que el rodillo seguía triturando. Tras sobrevivir a la vorágine, la banda saca once canciones. Criatura, grabado, mezclado y masterizado por Raúl ‘Riff’ Cuellar en Riff Audio (Los Ángeles), es arrollador, pero también se escurre entre los dedos.

Lo primero es Intro, una pieza habitual de la banda. Otra vez el cine. Consta de un clip del filme El jovencito Frankenstein. La voz presenta a «la criatura». La «reanimación del tejido muerto», «un pasado conservador»… cada frase del protagonista es una puntada para coser el relato presente de Non Servium: los ocho años desde el último álbum, las circunstancias de estos y el regreso en forma de disco.

De ahí pasamos a Criatura, la pista que da nombre al compacto. La criatura en mayúsculas. Punk rock veloz con el que se expone de forma clara los últimos años de la banda. La formación se expulsa a los complejos y las responsabilidades, en lo que representa una forma de darle naturalidad a las fases vitales de una banda. Se nos entregan suculentos fragmentos de guitarra y un Karlos fluido, en lo que desde luego es un nuevo himno de Non Servium.

Non Servium banda

Niño, Snoker, Gordo, Ivi y Karlos // FOTO: Non Servium

El sentimiento se apodera del álbum con En mi corazón. La estrofa no resulta tan apabullante como la de Criatura, pero presenta un estribillo de armadura coreable imponente. El recuerdo a un amigo fallecido se asienta sobre un coro y un fraseo tremendamente lubricado. Con este tema, el disco queda totalmente engrasado, y nos quedamos con la idea de que la expresividad del street punk es punta de lanza.

Compases flamencos abren De entre los muertos. Estos rompen cualquier esquema y nos arrojan algo diferente en la carrera de Non Servium. Una canción sufrida que, con unas voces crudas, nos lanza una lírica personal de confección untuosa. Entre los muertos se encuentra en una tierra de nadie en donde la rapidez no explota ni la dureza levanta muros difícilmente franqueables. El solista es el encargado de decantar la balanza.

Non Servium logo

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Si la entrada recogía texto de El jovencito Frankenstein, Freedom es cine cien por cien. Porque tiene sus orígenes en una banda sonora. Non Servium remodela el chasis de Freedom de la cinta Django Desencadenado. Así, el soul deja paso a una presencia punk con un carisma formidable. Un temazo con hechuras de directo, de baile y de reivindicación. De lucha.

El clip de un informativo que aborda el caso de Carlos Iglesias, el Robin Hood de Vallecas, se solapa con un riff poderoso. Las referencias en cuestión -y alguna más, como la banda del Flaco-, el título y una letra en contra del sector bancario dibujan una pintura diáfana en Héroes. Los instrumentos ganan peso, y Non Servium hace válida la máxima de «quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón». E incluso van un paso más allá.

Le sigue Hordes of Punks, en la que el hardcore y el Oi! arrasan hasta dejar sólo tierra quemada. Fraseo rabioso, impetuoso coro en la contramelodía y guitarras sibilantes. Nos habla de la marea de caos que supone el movimiento del punk, e irónicamente ese momento funciona como un maldito reloj suizo. Para facilitar del degüello, cuentan con David Rodriguez de The Casualities.

Non-Servium-camisetaLa octava pista, Killer, tiene un ritmo pausado, sereno pero amenazante. La estrofa se arma con un verso tranquilo y guitarras limpias que marcan de forma incisiva su recorrido. El estribillo es seco, pero posee mucha fuerza. Killer aparece como una pista que en apariencia puede ser poco atractiva, pero esa personalidad desprende gran encanto. Una historia de barrio -con muerte y odio de por medio- casi telegrafiada con titulares.

La baraja de la cultura callejera adorna las esquinas de la ciudad en Los amos de las calles. Non Servium propone todo tipo de expresiones artísticas propias de la urbe, desde el graffiti hasta el skate, pasando por la cresta. Según la banda, dichas características no deberían separar, sino todo lo contrario. Son expresiones callejeras de resistencia. Grandísima propuesta en una composición rápida y sin descanso.

Desde lo vocal, Quémalas destaca por un fraseo encadenado, así como por un coro con mucho texto. De esta manera, la pista se vuelve muy combativa (vuelven a atizarle a los bancos). En lo instrumental, se parapeta en riffs, con especial atención al que abre el corte, en el que la melodía se recrea.

Criatura cierra con la pista más sosegada, Su don. Una letra interesante sobre la maldad que se apoya en unas cuerdas metódicas, que saben desmarcarse al trote, y en la actitud solemne del solista.

Los discos de Non Servium no tienen piedad con el seguidor. Empiezan y te derriban a machetazos. Es su forma de existir. Pero Criatura parece emprender otra aventura diferente. Quiere dejarte vivo para que cuentes la historia. Porque el ser humano tiene fases, y hay que aprender a conciliarlas.

No es baladí la referencia a El jovencito Frankenstein, porque durante media hora asistimos a una unión de partes, de órganos: diferentes ojos con los que mirar, muletas en forma de arreglos y cambios de actitud, ya sea para atacar o para recordar.

Criatura flota con la misma facilidad que cae a plomo, lo que representa una mano ganadora para tumbar a quienes todavía a los del non serviam.

Criatura (2023)

1) Intro 2) Criatura 3) En mi corazón 4) De entre los muertos 5) Freedom 6) Héroes 7) Hordes of Punks 8) Killer 9) Los amos de las calles 10) Quémalas 11) Su don

SABICIO

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Esta entrada fue publicada en 28/03/2024 por en Música, Reseña/Crítica y etiquetada con , .

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